He aprendido a no intentar
convencer a nadie.
El trabajo de convencer es
una falta de respeto,
un intento de colonización
del otro.
José Saramago.
Sí, queda bien dicho: no pretendemos convencer a nadie. El
mundo en el que vivimos está lleno de encanto y de misterio. El Universo se nos
aparece como un enigma que quisiéramos resolver. Para la mayoría, esta es la
tarea a las ciencias naturales cuyo objeto de estudio abarca desde lo más
grande que conocemos como los cuerpos celestes, hasta los seres vivos que
pueden poblar planetas y lunas, pasando
por las propiedades del espacio y el
tiempo, las interacciones de materia y energía, así como la estructura y los
mecanismos de formación de planetas como el nuestro. También se ocupa de lo más
pequeño: el ladrillo fundamental de la materia y sus interacciones para formar
reacciones químicas. En fin, la ciencia se ocupa de todo lo que nos rodea: la
naturaleza.
Otros hay que prefieren un camino alterno al que ofrecen las
ciencias naturales. Buscan la explicación de su entorno en terrenos
filosóficos, geométricos, matemáticos, religiosos, místicos e, incluso,
metafísicos. ¿Acaso alguna de estas
formas de abordar la realidad del mundo es mejor que otra? Claramente no.
Cuando leímos la obra del antropólogo peruano Carlos
Castaneda, en lugar de repudiarla a
priori por el tipo de explicación que da de la realidad, abrimos nuestra
mente a un nuevo camino que nos llevaría de manera indirecta a entender la
belleza de lo que propone la física moderna.
Estas lecturas hicieron que nos cuestionáramos sobre la validez de las teorías
de la física clásica, esa piedra angular sobre la cual se erigió el edificio de
la física que aun hoy se enseña en los colegios, y las contrastáramos con el
fascinante mundo ajeno al dominio de nuestros sentidos que nos ofrece la
mecánica cuántica. Hallamos una relación emocionante, un mundo nuevo, que tenía
muchos puntos en común con otro tipo de explicaciones que no hacen parte del dominio
científico, pero que, como las explicaciones antropológico-filosóficas del
mundo de don Juan Matus, no deben ser
desechadas ni tildadas de inválidas a priori.
La discusión de nuestro trabajo titulado Física
cuántica, un camino con corazón, se
centra en la relación entre las visiones de la realidad del mundo de acuerdo
con dos ópticas en apariencia opuestas: la visión antropológico-filosófica de
Carlos Castaneda y la visión lógica que ofrece la física cuántica.
Es nuestro propósito principal acercar a nuestros lectores a
la física moderna desde otra perspectiva más amigable si se quiere, pero
igualmente asombrosa, a partir de una actitud que consideramos igualmente
amigable: no buscamos convencer a nadie, simplemente mostrar –y de la manera
más discreta posible– otro modo de aprehender realidades que en principio nos
parecerán opuestas, pero que en el fondo pueden comprenderse, interpretarse y
valorarse de forma similar.
Hecha esta aclaración, nuestro problema podría plantearse de
la siguiente manera: ¿Cómo se acerca la
ciencia física, especialmente la cuántica, a su realidad; cómo se acerca el
sistema de conocimiento de don Juan a su realidad, y qué implicaciones
pedagógicas pueden tener ambas aproximaciones?
Mediante un recorrido histórico advertiremos que la razón de
ser, el porqué de este trabajo, se remonta
a la época de los griegos quienes adoptaron una posición racional de los
hechos y, dicho no sea de paso, abonaron el camino para el surgimiento de lo
que se conocería después como filosofía, en contraposición con la explicación
que tenían otras culturas de los mismos fenómenos.
En el primer capítulo nos ocuparemos de la visión que la
teoría cuántica tiene de la realidad. Haremos un breve recorrido histórico por
los aspectos más importantes que confluyeron en el desarrollo de la mecánica
cuántica, recuento que nos servirá para ubicar el problema en su contexto
histórico. Luego, como punto de apoyo para el desarrollo del trabajo,
realizaremos un análisis de la obra Mente
y materia, de Erwin Schrödinger, apoyado en libros de corte físico como Física para poetas, de Robert Mach, y El quark y el jaguar, de Gell-Mann
Murray.
El segundo capítulo se ocupa del análisis de la obra del
antropólogo Carlos Castaneda y su peculiar visión de realidad, en textos
memorables como Las enseñanzas de don
Juan, Una realidad aparte, Viaje a
Ixtlán, Relatos de poder, El segundo anillo de poder, El don del águila, El
fuego interior, El conocimiento silencioso y El arte de ensoñar.
Un tercer capítulo mostrará el paralelo entre la física cuántica
y la visión de Castaneda, seguido de un inquietante testimonio vivencial, una insólita
e increíble experiencia con ayahuasca
o yagé de las culturas de tradición
del Amazonas, por parte de un reconocido humanista huilense. Luego, una relación entre la propuesta del
antropólogo Carlos Castaneda y el valor pedagógico de su trabajo. Por último,
una serie de reflexiones sobre lo que implicó nuestro proyecto en términos de
hallar nuevas formas de conocimiento del
mundo más enriquecedoras y atractivas, al punto de cambiar nuestra manera
habitual de percibirlo.
Es comprensible que el tema pueda ser perturbador para algunas
personas, tanto más cuanto que resulta paradójico acceder a otro tipo de
conocimiento que no sea el académico. Sin embargo, recordemos que la nueva
física no descarta del todo estas milenarias concepciones de la realidad a tono
con los descubrimientos científicos de los últimos años. Tampoco hemos
encontrado muchas investigaciones en el campo de la física en relación con la
obra de Carlos Castaneda, por lo que esta es una oportunidad invaluable de
abrir camino y explorar nuevas realidades.
Bogotá, mayo de 2015.